Respiración & control del aire
Fundamentos de la técnica de la flauta de pico
El sistema respiratorio en la flauta de pico
Respirar es algo automático: los pulmones se expanden y el aire entra sin que tengamos que pensarlo. Pero al tocar un instrumento de viento o al cantar, necesitamos algo diferente: una exhalación larga, estable y bien controlada. Eso significa inhalar más aire en menos tiempo… y soltarlo mucho más despacio que en la vida diaria.
Cómo funciona la respiración
El motor de todo es el diafragma, un músculo en forma de cúpula que separa el pecho del abdomen. Al contraerse, tira de los pulmones hacia abajo y les da espacio para llenarse de aire. También los músculos intercostales, entre las costillas, colaboran en este movimiento.
Ejercicio sencillo: observa tu respiración sin intervenir. Pon las manos en distintos lugares —vientre, cintura, espalda baja, pecho, costados o espalda— y fíjate en qué zonas se expanden con cada inhalación.
Lo ideal es hacerlo de pie, con postura erguida: cabeza alineada sobre el pecho, pecho sobre la pelvis, pies separados al ancho de las caderas y el peso repartido. También puedes probar sentado o tumbado.
Respirar para la flauta de pico
En la vida diaria respiramos sin esfuerzo. Con la flauta ocurre otra cosa: debemos controlar tanto la entrada como la salida del aire. Y, a diferencia de instrumentos como el oboe o la trompeta, la flauta de pico casi no ofrece resistencia. Eso nos obliga a usar el aire de forma distinta: no se trata de empujar, sino de sostener y guiar.
Los principales músculos que participan son:
los abdominales (el “core”),
los pectorales (pecho),
y los intercostales (entre las costillas).
Prueba a “aislar” cada tipo de respiración. ¿Cuál te resulta más natural? ¿Cuál genera más tensión?
Tres tipos de respiración
Respiración abdominal: el diafragma desciende y el vientre se expande hacia fuera. No solo se nota en la tripa, también en la cintura y la espalda baja.
Respiración torácica: el pecho y hasta los músculos del cuello tiran de los pulmones hacia arriba. Es poco eficaz: tensa la garganta, da menos control y, si se mantiene mucho tiempo, puede producir sensación de falta de aire.
Respiración intercostal: las costillas se abren hacia los lados. Es un apoyo extra, útil en frases largas cuando la respiración abdominal ya no basta. Conviene reservarla solo para esos casos.
Apoyo y resistencia
En los instrumentos de lengüeta o de metal, el apoyo consiste en empujar con fuerza el aire contra la resistencia. Si soplas con intensidad sobre tu mano, notarás cómo se activan los abdominales.
En la flauta de pico es al revés. Como el instrumento ofrece muy poca resistencia, el apoyo no consiste en “empujar”, sino en mantener los pulmones abiertos para que el aire no se derrame de golpe, sino que fluya despacio y de manera uniforme.
Evitar fugas por la nariz
Parece un detalle menor, pero es fundamental: hay que respirar siempre por la boca. Inhalar por la nariz es ruidoso; exhalar por la nariz suele pasar inadvertido, pero roba aire y vuelve el sonido áspero y débil. Acostúmbrate a cerrar completamente la nariz al tocar.
Ejercicios recomendados
Practicar sin la flauta también vale la pena. Estos ejercicios, hechos a diario, desarrollan memoria muscular y te ayudan a que la respiración correcta se vuelva automática. Dedica unos minutos antes de tocar:
Respiración de fuego / perro jadeante
Inhala y exhala rápido, con la misma energía en ambos sentidos (por la nariz o por la boca según la variante). Despierta el diafragma y activa el abdomen.
P–T–K
Di consonantes con fuerza: “¡Pe–te–ka!”, “¡Pedro! ¡Tomás! ¡Karla!”. Notarás cómo se contraen los abdominales y responde el diafragma.
Condensación
Sopla sobre un espejo (o en la mano) y trata de mantener un vaho constante durante toda la exhalación. Es ideal para practicar un aire regular.
Inclinarse hacia delante
Sentado, inclínate con la espalda redondeada y las manos en la zona lumbar. Al inhalar, el aire no puede ir hacia el vientre y se expande hacia los lados y atrás. Después incorpórate despacio, vértebra a vértebra, y observa cuánto tiempo sigues notando ese movimiento en la espalda.
5. Apertura:
Exhala con un “fffff” largo hasta vaciar los pulmones, luego abre la boca en “oh” o “ah”. El diafragma se relaja y el aire entra solo. A continuación añade una inhalación abdominal más profunda. Más adelante, combina este ejercicio con notas largas en la flauta.
Los ejercicios del 1 al 4 nos ayudan a ser conscientes de nuestro diafragma y de las zonas del cuerpo donde nuestros músculos deben trabajar activamente. El ejercicio 5 es la base para el uso correcto de la respiración abdominal una vez que tenemos una buena percepción del diafragma y los músculos abdominales.
A partir de ahora, practicamos con la flauta. La sujetamos con la mano derecha (y también con el labio inferior, el pulgar derecho y, opcionalmente, el meñique, bajo el borde entre los agujeros 6 y 7). La mano izquierda se coloca sobre el abdomen o la cintura para que podamos sentir la respiración. Con la flauta sobre el labio inferior, primero exhalamos todo el aire: no dentro de la flauta, sino por encima, y luego abrimos la boca en forma de "O" o "A". En lugar de exhalar normalmente, como antes, ahora soplamos en la flauta. De esta manera, podemos seguir haciendo los ejercicios de respiración anteriores, pero combinándolos con el instrumento.
El siguiente paso es tocar una nota larga con ambas manos en la flauta dulce, concentrándonos en la respiración diafragmática y en su sensación. El objetivo es que, al tocar una pieza musical en la flauta dulce, mantengamos la consciencia de nuestro apoyo respiratorio, para que nuestro tono sea estable y centrado, sin problemas respiratorios.
Para terminar
El sonido básico de la flauta de pico debe ser estable y claro, como la superficie tranquila de un lago. El vibrato es un adorno, no una constante. Trabaja notas largas, experimenta con el aire más lento o más rápido, más ancho o más fino, y encuentra el centro de cada nota, donde realmente vibra y canta.
Respirar para la flauta se parece mucho a respirar para cantar: sutileza en el flujo, resonancia y fraseo. Con práctica regular, el instrumento deja de sonar “escolar” y se convierte en un verdadero flauto dolce, la flauta dulce.