Cómo tocar el vibrato en la flauta de pico
Vibrato de aire y vibrato de dedo (flattement)
Hoy solemos imaginar el vibrato como algo constante en el sonido de un músico. Sin embargo, la historia de la flauta de pico nos cuenta otra cosa: el vibrato se concebía como un adorno, no como parte fija del timbre. En este artículo veremos qué dicen las fuentes y cómo podemos aplicar el vibrato en nuestro instrumento, tanto con el aire como con los dedos.
El vibrato en contexto
Desde los años setenta se ha asumido que el vibrato no forma parte del sonido continuo de la flauta de pico, aunque hoy también toquemos repertorio moderno. Las fuentes históricas dejan claro que se trataba de un recurso ornamental.
Michael Lynn, en su artículo para la American Recorder Society sobre flattement, recuerda que los tratados solo mencionan el vibrato de dedo en los instrumentos de viento, nunca el de aire. Aun así, como en los siglos XVI y XVII se pensaba en los instrumentos como imitadores de la voz humana, también tiene sentido usar un vibrato de aire.
Frederick K. Gable se preguntaba si en el Barroco el vibrato natural de la voz no sería sobre todo un vibrato de intensidad (más aire/menos aire), mientras que el vibrato ornamental sería un vibrato de altura (como un trino). Roger North, en 1695, distinguía claramente entre ese vibrato de intensidad (“waived”) y el vibrato ornamental, más parecido a un trino.
Esto nos deja con dos caminos para el vibrato en la flauta de pico: vibrato de aire y vibrato de dedo (flattement).
Vibrato de aire
El vibrato de aire no es vibrato de garganta. El vibrato de garganta tensa los músculos y se convierte fácilmente en un mal hábito difícil de eliminar. Lo que buscamos es una onda suave en el aire, sin tensiones.
Empieza con una nota larga, totalmente estable: ese es tu punto de partida. Luego añade olas de aire, alternando más rápido y más lento, siempre manteniendo el flujo constante. Nunca se trata de empujar o soltar por completo, sino de oscilar entre más y menos velocidad.
Ejercicios sin instrumento:
Regular: más rápido, más lento, más rápido, más lento.
Lento → rápido: empieza despacio y acelera poco a poco.
Rápido → lento: al revés, de muy rápido a cada vez más lento.
Lento–rápido–lento.
Rápido–lento–rápido.
Mantén la garganta abierta y relajada. Si notas tensión, bosteza o inhala con la boca en forma de “ah” u “oh” para abrirla.
Con la flauta: Haz la misma secuencia escuchando con mucha atención. Vigila la postura, no fuerces la velocidad y deja que la soltura llegue con el tiempo. El vibrato de aire es un excelente ejercicio de calentamiento y también una forma sutil de añadir expresión a tu sonido.
Vibrato de dedo (Flattement)
El flattement funciona como un trino suave en el borde del agujero. En vez de abrir y cerrar del todo, se acaricia parcialmente el agujero, produciendo una oscilación ligera.
Por ejemplo, en un mi en la flauta alto, roza el borde del segundo agujero. Como el sonido baja un poco de afinación, hay que soplar con algo más de intensidad, de modo que siempre se combina con un ligero crescendo y un decrescendo al final. Es un gesto orgánico: empieza lento, gana un poco de velocidad y se detiene antes de volverse demasiado rápido. A diferencia del trino (que termina en la nota siguiente con el dedo abajo), en el flattement el dedo vuelve a levantarse.
¿Qué agujero usar? Depende. A veces se usa el siguiente, otras se salta uno o incluso dos. Cuanto más lejos, más se puede cubrir. En el mi de la flauta alto, también se puede probar con los agujeros 4–5. En un re, puede funcionar tapar un poco los agujeros 4 y 5 juntos. Cada nota tiene sus posibilidades, y hay que experimentar.
En la música barroca francesa, el flattement es el vibrato de referencia, sobre todo en notas largas o en disonancias con el bajo continuo, donde añade color e intensidad.
Conclusión
Ya sea con aire o con los dedos, el vibrato en la flauta de pico no es una decoración constante, sino una elección consciente. Con él podemos dar vida, color y expresividad a ciertas notas, siempre partiendo de un sonido limpio y estable. La clave está en la escucha atenta: no solo con los oídos, también con el cuerpo.
Cuanto más conscientes seamos de lo que pasa en nuestra respiración, en los dedos y en la postura, más fácil será crear una memoria muscular sólida y musical.